Partido Popular de Barajas
La financiación autonómica como arma electoral

Autor : Agustín del Pino
Resulta vergonzoso contemplar los usos y los abusos que el gobierno en funciones hace del dinero público para condicionar los resultados electorales a su favor de una manera que pretende ser callada, pero que canta a chanchullo a “grito pelao”. En las campaña anteriores – las de abril y mayo pasados- se hicieron famosos los llamados “viernes sociales” destinados a la compra de votos , sin presupuesto para ello, pues ya es sabido que siguen con el del gobierno del PP.
Buscando a la desesperada la investidura de Sánchez el 23 de septiembre, los socialistas usaron de manera descarada la financiación autonómica para presionar a los partidos. La ministra Montero – con su habitual desparpajo oral y su pedante superioridad moral- insistió en “que un gobierno en funciones, según los abogados del Estado, no podría ordenar las transferencias a las Comunidades Autónomas por tratarse de un gobierno no constituido formalmente”. Y los barones socialistas, antes tan beligerantes contra Rajoy, ahora callaban para no jugarse el puesto. Ximo Puig es un claro ejemplo. Es el receptor tardío del bumerán que le lanzó Zapatero –sin querer y sin previsión alguna- en 2009, con su Ley del sistema de financiación autonómica, torticera, destinada a castigar principalmente a Valencia y Madrid porque los ciudadanos votaban al PP.
Pero ahora, con la convocatoria de las elecciones del 10 N, las cosas cambian. Pedro Sánchez lo anuncia: vamos a tratar de hacer las transferencias a las Comunidades lo antes posible. Hemos encontrado el resquicio legal para poder hacerlo (¡oh maravilla de buscadores legales cuando el PSOE lo necesita!). Y ¿cuándo se van a producir esas transferencias a las ansiosas y endeudadas Comunidades Autónomas que no pagan a sus proveedores, que no pueden hacer frente a los servicios básicos y ni siquiera pueden aprobar sus Presupuestos para 2020? Blanco y en botella: en la primera semana de noviembre, quizá coincidiendo con algún debate en la tele en donde el más generoso, el más altruista, la bondad vestida de hombre, Pedro Sánchez, lo pueda anunciar. Eso sí con el dinero de todos los españoles que sudan la gota gorda para poder sobrevivir. Bochornoso.
Es de esperar que el gran público, el votante que se acerque el 10 N a las urnas, sea consciente de quiénes están jugando con su dinero y con sus servicios sociales a través del chantaje, para su descarado beneficio, a las instituciones municipales y autonómicas. Estos comportamientos no suelen gustar.